jueves, 7 de enero de 2016

El tradicionaldesfile de máscaras en la contienda electoral del Estado de Oaxaca

Imagen. http://thumbs.dreamstime.com/z/m%C3%A1scaras-de-diversas-emociones-en-diversos-colores-trama-51147404.jpg


Por. Russell Mariano
La descripción conceptual del servidor público se ha visto desfasado por el quehacer cotidiano de quienes bajo éste seudónimo imponen sus intereses particulares por encima de los del pueblo. Del emblema máximo que identificara al libertador José María Morelos y Pavón como Siervo de la Nación solo quedan las reseñas, de la breve historia que a su modo ha adecuado el Estado Elitista Mexicano, y aquel ideal de servicio a la nación hoy en día solo sirve para adornar los discursos que al leerse solo muestran un vacío imperante que se refleja con el ausentismo de quien físicamente, bajo coacción (presión laboral, promesa de trabajo, etc.) o dadivas (Tortas, refrescos, despensas, etc.) hace acto de presencia aunque su atención se encuentre distante ( hoy puede probarse al observar el número de asistentes a un mitin, estos en su mayoría se encuentran charlando, con el móvil o los audífonos).

Frente al desacierto del seudo-político, entonces, ¿Cuál es el verdadero interés de quienes contienden por la gubernatura, las diputaciones o las alcandías de los municipios?

Hago referencia a las máscaras, articulo que en las diferentes culturas fuese utilizado para esconder la identidad de un personaje o para dar vida a otro, lo mismo en las culturas occidentales, así como las civilizaciones de lo que comprendiera el territorio de lo hoy nombrado cómo Continente Americano, sin embargo, estas tenían su razón de ser, hecho por el cual en este escrito solo extraigo el emblema de la figura, no así la esencia, pues sería insultante comparar una cosmogonía ancestral con la charlatanería de muchos candidatos, pues pese a todo existen honrosas excepciones.

En la esfera de lo público podemos observar diversas interpretaciones en un mismo foro, los personajes utilizan diferentes mascaras según el contexto, primero, en campaña: se visten de superhéroes, cuyas promesas y propuestas de trabajo rayan en la ficción, y segundo: ya en funciones, la amnesia se apodera de sus personas y la vileza, hipocresía y despotismo son las caretas más usuales.

Otro juego de máscaras lo podemos observar ideológicamente, los de derecha se volcán a la “izquierda” engatusando la falta de conciencia del electorado, lo que le es muy redituable pues el incauto se abraza estúpidamente de las promesas. El del centro que por no parecer tendencioso se postra entre el bien y el mal, un pensamiento mediocre que indiscutiblemente es la descripción más absurda que pretende tener una línea de pensamiento. Y el tercero, quién se hace llamar de “izquierda” bajo el concepto de lo social en el discurso y abstracto en los hechos, lo que hace de ésta ideología, a la vista de la población, una utopía, pues quien busca representarla se vuelca en lo mediático, la simulación y la ignorancia que sucumbe al molde preestablecido por el Estado de élite que gobierna éste país.


Identificar el abanico de máscaras no demanda de un amplio conocimiento en artes histriónicas, pues el papel incipiente y mediocre es tan falto de profesionalismo que cada acción es tan evidente como el hedor a podredumbre del lodo estancado. Cómo lo expresará Arthur “Lo mismo que le basta una hoja a un botánico para reconocer toda la planta, lo mismo que un solo hueso bastaba a Cuvier para reconstruir todo el animal, así una sola acción característica por parte de un hombre puede permitir llegar al conocimiento exacto de su carácter, y por consiguiente, reconstruirlo en cierta medida, aun cuando se trata de una cosa insignificante.”