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Por. Russell Mariano
Un proceso electoral más,
las mismas prácticas partidistas, el agotado discurso disperso de la realidad y
cargado de falsedades será reiterativo. Una democracia suturada con los puntos
más grotescos que pervierten por completo su identidad, podríamos llamarle con
cualquier otro nombre menos con el suyo. En este escrito solo trataremos uno de
los elementos más significativos de una democracia, la REPRESENTACIÓN.
Es indispensable retomar el distintivo
de Estado que, frente al resto del mundo, identifica a Oaxaca; su DIVERSIDAD CULTURAL.
Oaxaca y sus regiones, espacios geográficos donde en ella convergen más de una
decena de etnias, pueblos enteros que representan el mosaico cultural, la
riqueza lingüística y folclórica que ha representado a la Entidad en toda la
historia, desde la constitución de la República Mexicana hasta el día de hoy. Entendiendo
que México, como nación, inclina su forma de gobierno en una figura democrática
y representativa, es justo ahí donde queremos llegar ¿Dónde ésta la
representación?
Con 417 municipios
considerados, electoralmente, de Sistemas Normativos internos, Oaxaca en términos
de elección distingue las formas en las que cada pueblo designa a los
integrantes de su cabildo municipal, forma que en otro escrito analizaremos a
detalle pues la manipulación institucional es evidente en coalición con grupos
políticos que buscan el control de los recursos públicos condenando a sus
pueblos en el atraso total.
Ahora bien ¿Que sucede en el
procesos de elección de los integrantes del Congreso del Estado? ¿Qué oportunidades
tienen los grupos étnicos de tener representación en el parlamento local? Son interrogantes
necesarias para explicar el proceso electoral en Oaxaca. Ya se mencionó el
hecho de que gran parte de los municipios entran dentro de la categoría de sistemas
normativos propios, así también, las razones que dan nombre a la identidad
oaxaqueña, misma que se deposita en sus grupos étnicos. Para complementar, en
números cuenta con una población “indígena” de 34.2% del total de sus
habitantes, lo que en distribución parlamentaría representaría la tercera parte
de curules en el Congreso local, así sería si habláramos de democracia.
En sustento a nuestro
planteamiento, el señalamiento de exclusión responde a la disparidad entre normas
legales y la realidad de los hechos, como lo podemos verificar en el acuerdo CG104/2004
del Instituto Nacional Electoral (antes IFE) que en uno de sus puntos sobre la
consideración de la distritación electoral federal, expone que “se procurará la
conformación de distritos electorales con mayoría de población indígena”, en el
marco del mismo acuerdo en el 2005 se reconocen 28 distritos electorales federales
considerados como indígenas. Si consideramos que el porcentaje de población
nacional indígena es de 14%, se habría avanzado en la designación simbólica más
no real.
Retomando la experiencia
nacional y empatando los elementos ya expuestos en nuestro escrito
¿Por qué en Oaxaca no hay
distritos electorales indígenas, cuando la tercera parte de la población
pertenece a alguna etnia?
No es que no exista la
demanda, sin embargo, para los grupos partidistas del Estado de Oaxaca no entran
dentro de su proyecto político para las contiendas, es decir, pueden participar
dentro de los partidos, como candidatos, y no fuera de ellos, lo que lleva a
una cruel contradicción al tener 417 municipios con sistemas normativos
propios. Por otra parte el folclor étnico en la indumentaria de los candidatos
en campaña es pronunciada, como podemos observar en infinidad de imágenes donde
candidatos y candidatas lucen vistosas vestimentas tradicionales, la razón de
este desfile de ropa tradicional responde al gran número de votos que los
pueblos indígenas representan para los partidos aunque a ellos se les niegue la
representación política en el congreso del Estado de Oaxaca.
Podremos decir entonces que
la identidad étnica funciona para las campañas no así para un proyecto integral
que garantice la representación política en las instituciones, pues en la
pasada redistritación local en el Estado de Oaxaca, no existió un pronunciamiento
concreto del Gobierno de Oaxaca y Partidos Políticos para avanzar en el tema de
la representación efectiva de los grupos étnicos frente al INE, lo que responde
a una exclusión total en materia político electoral de este sector, en este
caso la representación, de los grupos étnicos, no existe en el espacio que por
excelencia ha sido construido para que los sectores sociales sean representados.
¡De esto callará el
gobierno, los órganos electorales y los partidos políticos!
