viernes, 30 de diciembre de 2016

Usos y costumbres de quién y para quién ¿Y la democracia?


Por. Russell Mariano
En materia electoral, todo proceso de elección, que se diga llamar democrático, es digno de analizar en relación a los principios que la descripción de la democracia misma establece, tal es el caso de los 417 municipios que eligen a sus autoridades municipales mediante un sistema normativo interno, la diversidad es cuantiosa, lo mismo puede darse mediante asamblea o votación directa por urnas, ambas figuras son reconocidas por el órgano electoral local, sin embargo, existen dos elementos a debatir, para el tema que nos ocupa: la proporcionalidad de los votantes y la representación como garantes de un proceso democrático ¿se cumplen o son violentados en la práctica? El cuestionamiento surge a razón de las continuas impugnaciones para la protección de los derechos políticos electorales de los ciudadanos en dichos procesos.

1.       Del principio de proporcionalidad ¿Qué porcentaje de los ciudadanos designan, mediante su voto, a sus autoridades municipales? Si hablamos de democracia el gobierno electo sería designado por el cincuenta por ciento más uno de los electores, en ese sentido ¿las asambleas y las elecciones por urnas son representativas en relación a la proporcionalidad del padrón electoral? La respuesta institucional descansa en la libre determinación del ciudadano, práctica que incentiva la imposición.

2.       De la representación ¿Quién decide las candidaturas? Este momento en todo proceso electoral es significativo, de ello depende la aceptación ciudadana y la intención de voto, en otras palabras, la inclusión se gesta desde la conformación de una planilla, de no ser así la representación es una categoría muerta y la práctica se visualiza más distante de la democracia. Para fundamentar, los sistemas normativos internos de los municipios regidos bajo este formato descienden de las prácticas de grupos étnicos, en este caso ¿Los grupos étnicos tienen representación? Y en materia de género ¿Cómo se participa la mujer de estos procesos? Grupos étnicos y género son dos temas que serán analizados en escritos posteriores.

Si no hay proporcionalidad en el porcentaje de electores, si no hay garantía de participación efectiva (votar y ser votado), si no hay representación de grupos étnicos y de mujeres en el proceso electoral, no podríamos hablar de comicios electorales justos, hablaríamos entones de claras imposiciones, en estos casos hablar de democracia es muy aventurado, de hacerlo sería engañoso y confuso, y si la intención de las instituciones es caminar hacia ella es urgente establecer los principios democráticos como requisitos inalienables de todo proceso electoral, aclarando que los comicios representan solo un engrane en la construcción de la verdadera democracia.

Por su parte, el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Oaxaca (IEEPCO) tiene la tarea de promover, observar y validar las elecciones desarrolladas mediante las formas propias de cada municipio, en otras palabras “que haya elecciones” ‘¿Democráticas? No necesariamente, lo dejamos en “decisiones” pues en la mayoría de los casos, derivado de una tradición caciquil y de control de grupo, la exclusión de comunidades y mujeres es un hecho que inunda los tribunales en materia electoral, de ahí la necesidad de un análisis contextual de cada municipio. Hoy la crítica es fuerte para el IEEPCO pues en los municipios donde, por razones diversas, existan irregularidades en su proceso de elección habrá ausencia de autoridad misma que se suple con la figura de un “administrador” que hace las funciones de la autoridad municipal ¿A quién beneficia? E ¿Intereses de quienes afecta? Son cuestionamientos que responderé en otro escrito.


A manera de conclusión, si se cuidaran los criterios arriba plasmados más del cincuenta por ciento de los municipios regidos , en su proceso electoral, bajo el esquema de sistemas normativos internos estarían sin autoridad municipal, es necesario accionar, de manera gradual y en apego a los principios democráticos, un gobierno elegido democráticamente goza de legitimidad, situación que en el ejercicio de sus funciones las posibilidades de coparticipación son elevadas, hecho que permitirá generar las condiciones para impulsar la participación ciudadana.