Por. Russell Mariano
21 de marzo, fecha conmemorativa
del natalicio de un gran estadista mexicano, Don Benito Juárez, quien, como
relata la historia, promoviera un Estado federalizado, en ese sentido,
rescatando aquel fragmento de su pensar cito aquella frase que expresa lo
siguiente: “bajo el sistema federativo, los funcionarios
públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad”.
En el marco de fecha tan solemne la actividad que se gestase debe ser de
alto contenido. Sin embargo pareciera que la necesidad de protagonismo es más
fuerte que la construcción de un gobierno sólido, en eso descansa el gobierno
de Oaxaca encabezado por Alejandro Murat Hinojosa. Cuando se anuncia el
ejercicio democrático de una la primera Audiencia Pública puede preverse que la
intención de éste gobierno busca la coparticipación ciudadanía-gobierno, eso en
el marco de las buenas intenciones, pues la realidad es otra.
Primero: la audiencia pública, por definición, se le conoce como el
ejercicio político que busca la coparticipación sociedad civil-gobierno en la
toma de decisiones sobre un asunto público, el gobierno debe de escuchar a los
afectados e interesados de tal o cual acción de gobierno, en resumidas cuentas,
es un ejercicio de dialogo, reflexión y debate que permita abonar en la toma de
decisiones. De manera muy simplificada en eso descansa la Audiencia Pública.
Segundo: Los reportes de cada secretaria e institutos marcan claramente
la evidencia del acto de recepción de peticiones, el trabajo de fiscalía de
partes abordada directamente por los titulares de cada dependencia, un simple
trámite que no se acerca en lo más mínimo al ejercicio de una Audiencia
Pública. Es en esta etapa donde se tergiversa el concepto de la Audiencia
Pública producto de una necedad gubernamental por aparentar un gobierno
integral, plural y democrático.
Tercero: Para terminar de aclarar que el acto enunciado es un acto
egocéntrico y no una audiencia pública el gobernador hace resguardar dicho
ejercicio de “audiencia pública” con un cerco policiaco que hace más difícil el
acceso de la ciudadanía a dicho acto, sin embargo, las demandas sociales no
hicieron esperarse e “irrumpen”, como se maneja oficialmente a la exigencia, al
reclamo y al derecho de manifestación, provocando desconcierto de que un
ejercicio democrático se quede solo en el discurso y el ejercicio de tramitología
hoy pueda nombrarse, por el gobierno de Murat, como “audiencia pública.

