Por Russell Mariano
Del resultado, cuestionable, y
mucho, de las elecciones en el Edo. de México a la que muchos analistas le han
dado el término, bastante correcto, de “Elección de Estado”, aunque en ese
sentido lo correcto sería llamarlo una imposición púes el proceso electoral se volcó
en una tremenda farsa, ¡Ojo! Las cosas por su nombre y no queramos vernos muy listos
acuñando términos en muchos de los casos confunden y hostigan a la sociedad
civil bastante agraviada por el clima de ingobernabilidad.
La prematura decisión del
Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) de anunciar un ganador abona
puntos para hacer más cuestionable el proceso, además de terminar por perder
toda credibilidad como organismo electoral frente a la ciudadanía.
No son solo los órganos electorales
los que gozan de nula credibilidad en las mismas circunstancias se encuentra el
Instituto Nacional Electora (INE) con una tradición plasmada de opacidad desde
el 2006 hasta la fecha. La lectura es
clara, la encomienda de ser órganos imparciales y objetivos no pudieron
aplicarla y entonces rumbo al 2018 arribarán deslegitimados.
En las elecciones de éste 4 de
junio de 2017, principalmente en el Edo. de Méx., nos dejan dos mensajes claros
rumbo al 2018;
1. 1. Se polarizan las afinidades políticas y solo
habrá dos figuras: MORENA y PRI, y
2. 2. Los organismos electorales están deslegitimados,
lo que apunta a un abstencionismo imperante.
Si no hay instituciones electorales
confiables ¿Cómo garantizar elecciones libres? Y en otro escenario, quizás más
escabroso ¿Son las elecciones una alternativa de cambio para la sociedad? Considerando
que nuestra realidad es de pobreza, inseguridad y desigualdad social, y de la
experiencia observada, culmino ¿Cuáles son las alternativas de cambio para
nuestro país?
